sábado, 19 de marzo de 2016

POLVORANCA

Si alguna vez piensas que por motivos personales o económicos la investigación de campo no está dentro de tus posibilidades y echas de menos vivir la aventura de la historia hoy te invito a descubrir un misterio a la vuelta de la esquina.

Bienvenidos al pueblo olvidado de Polvoranca.


Situado en el término municipal de Leganés se levanta como único testigo del pueblo que una vez fue la Iglesia de San Pedro Apóstol. Para encontrarlo debemos dirigirnos al parque Polvoranca creado por la Comunidad de Madrid en 1986 en torno a las ruinas de este viejo pueblo.

Y según llegamos nos encontramos con la siguiente indicación:



Pero vayamos acercándonos hacia sus ruinas mientras hablamos un poco de su historia.



En 1575, el Conde de Orgaz vende sus posesiones a Ponce de León y su esposa Ana de Ossorio creándose a partir de ahí el mayorazgo de Polvoranca, situado a media legua de Leganés.

Escudo de los Ponce de León y Chacón, propietarios del mayorazgo de Polvoranca. Foto: Ruth Holgado

Ya con una población de 300 vecinos, en 1655 se levanta por el arquitecto Francisco de Mora y su sobrino Juan Gómez de Mora la iglesia dedicada a San Pedro Apóstol construyéndose sobre los cimientos de una antigua ermita bajomedieval. Está construida en ladrillo, sobre zócalo de sillar. Su planta es de cruz latina, de una sola nave, con capillas laterales y se cubre con bóveda de cañón encamonada.

Para que os hagáis una idea, en la siguiente representación realizada por el Centro de Educación Ambiental Polvoranca, podéis observar como era originariamente. 


Pero sigamos acercándonos.



Conocida como la aldea maldita debido a las epidemias de Peste y Paludismo que sufren sus habitantes durante el siglo XIX se piensa que éstas fueron causadas por las aguas estancas de las lagunas que había en las proximidades. Fue declarada zona insalubre y sus habitantes fueron desplazándose hacia el núcleo urbano de Leganés.




Tras la desamortización de Mendizabal los terrenos pasaron a manos privadas que dejaron en absoluto abandono los restos que quedaban de la aldea desaparaciendo así las casas y quedando la iglesia en un estado de ruina y a merced de el expolio.

Si nos fijamos en las fotografías observamos que algunas zonas como los techos aparecen quemados pero no llegamos a averiguar si esto se debe a la realización de misas negras o a los propios habitantes de Polvoranca los cuales, algunos de ellos quemaron sus casas antes de marcharse para intentar frenar las epidemias mencionadas.





En 2005 se llevaron a cabo una serie de prospecciones para averiguar el estado de los cimientos y se hallaron restos humanos de no hace más de cien años. Esta es una de la fosas donde estaban enterrados:





En la novela de Benito Pérez Galdós, Nazarín, de 1895, el autor narra el deambular del padre Nazario por el sur de Madrid. En una de estas andanzas aparece mencionado un personaje natural de Polvoranca, Ándaraquien se refiere a la aldea: "No se crea usted que Polvoranca es cualesquiera cosa, que allá tenemos gente muy rica, y los hay con seis pares... de mulas, quiere decirse".






Esta iglesia siempre estuvo envuelta en misterio debido a las supersticiones de la época y a las desgracias que caían sobre los habitantes de la aldea como epidemias, malas cosechas e incluso actividades sospechosamente malignas dentro de estos viejos muros.





Pero son muchas las leyendas y difícil comprobar su veracidad pero hay una que parece que algo de cierto puede tener y que habla de un tesoro enterrado a pocos metros de la iglesia:

En tiempos de la guerra civil española, el pueblo de Fuenlabrada quedo parcialmente destruido, sobre todo la zona de la calle de la plaza y alrededores, esto no fue debido a los bombardeos del ejército de franco, la destrucción fue originada al estallar un polvorín situado muy cerca de lo que es hoy la fuente de los cuatro caños.
Existía la costumbre entre la clase alta de enterrar u ocultar vasijas de barro con monedas de plata, para evitar su robo durante los saqueos producidos en la contienda.
Al estallar el polvorín en Fuenlabrada, varias familias decidieron esconder estas vasijas al final de un subterráneo existente en la zona, que terminaba debajo de una gran arboleda (la cual ya no existe) y que estaba cerca de la iglesia en cuestión, terminaba el subterráneo en un pozo que se dedicaba a suministrar agua y refrescar y conservar la leche.
Este tema lo conocía la última persona que vivía en el pueblo de Polvoranca (que fue una mujer, que se llamaba Remigia) y otros dos señores fallecidos hace unos 35 años.


Las "tinajitas" de barro enterradas con monedas en su gran mayoría de plata fueron cinco o seis (sin poderlo precisar). Este túnel, longitudinal a la iglesia en dirección ESTE construido de ladrillo toledano al igual que la iglesia tiene una altura aproximada de 1,20 metros y bóveda de cañón, teniendo que recorrerse agachado hasta aproximadamente un metro antes del pozo que es donde se ocultaron las tinajas con las monedas, dicho túnel contiene una pequeña acequia central con el fin de recoger las aguas que se filtraban en los inviernos muy lluviosos.

Así que oyendo hablar de túneles nos fijamos en los restos de suelo y lo que parecen ser sótanos:







Lo que observamos en estas últimas imágenes es una cripta sepulcral de donde se exhumaron restos óseos. Pero la estructura está en serio peligro de derrumbe y nos es imposible aventurarnos más así que decidimos tomar las últimas fotografías desde el exterior.







Expoliadas las puertas y campanas quedó desacralizada y el retablo de San Pedro fue trasladado a la iglesia de Medinaceli en donde hoy permanece. Demás cuadros y documentos como libros de casamientos y bautismales fueron depositados en la iglesia de El Salvador en Leganés.

 La pila bautismal de Polvoranca, reconvertida en lavadero. Foto: ABC

Polvoranca 1980


El último habitante abandonó la aldea en 1950. Según los informes derivados de las prospecciones arqueológicas realizadas en los años 1999 y 2000 para la construcción del barrio de Arroyo Culebro, es probable la exixtencia de restos altoimperiales e hispanovisigodos en la zona.

Y hasta aquí el reportaje fotográfico de este humilde buhonero. Os dejo con un monográfico sobre la historia de este lugar realizado por el Centro de Educación Ambiental de Polvoranca al que vale la pena dedicarle una lectura. Espero que os haya gustado y hasta la próxima.