Cuando era niño solía visitar a menudo la recreación de Altamira del Museo Arqueológico para contemplar durante largos ratos las pinturas de aquellas mujeres prehistóricas. El origen de nuestro tiempo me zarandeaba las ideas y tras visitar algunas cuevas fue una de ellas la que mas consiguió transportarme miles de años atrás. Y es que la sierra de Alicante, gran desconocida y absolutamente llena de secretos, historia y misterios es la que nos ofrece sentir este viaje en el tiempo.
Bienvenidos a la Cova de les Calaveres
En la margen derecha del río Girona, en la comarca de La Marina Alta se encuentra esta espectacular cueva excavada en las calizas del Cretácico Inferior hace unos 135 millones de años.
El suelo se haya acondicionado para la visita de personas en silla de ruedas y aunque lo que veis en la fotografía anterior es la entrada actual esta se hallaba tapada en el pasado. La entrada original está situada un poco más arriba, a unos 70 metros sobre el nivel del mar y se trata de un estrecho agujero por el que había que descender.
En su interior se han encontrado restos óseos paleolíticos y neolíticos junto con puntas de flecha y herramientas de sílex además de restos peleontológicos de hienas, caballos, osos, toros, hipopótamos y rinocerontes. Todo esto se encuentra expuesto en el museo de Alcoy aunque en la cueva también podremos ver alguno de estos restos.
Pero no estos. Estos fósiles están a la venta en la entrada de la cueva pero no pertenecen a los hallazgos de ésta sino que son traídos de Marruecos para su venta aquí.
Comencemos el recorrido:
No se han conservado pinturas como en otras cuevas y la entrada se haya ennegrecida por el humo de las hogueras pero es probable que las hubiese. A diferencia de lo que pensamos, estas pinturas solían realizarse por las mujeres de la tribu las cuales realizaban representaciones de las cacerías y de los animales del entorno con una finalidad ritual.
La cavidad goza de gran importancia a nivel geológico y la galería se adentra en un recorrido de 400 metros. La altura a lo largo de la cueva oscila entre los 50 y 60 metros.
Los restos óseos, utensilios y animales encontrados de los cuales veremos algunos más tarde pertenecen al periodo paleolítico, hace más de cien mil años. Más o menos a la mitad del recorrido existe un recodo con una pequeña abertura en la pared que da acceso a una estancia donde se encontraron los restos óseos pertenecientes a enterramientos de la época neolítica hace cinco mil años.
También podemos encontrar una fantástica representación hecha por un artista local. Y por supuesto, mi perro.
Son 400 metros en los que la mirada queda abstraída por la belleza de una infinidad de maravillosas formaciones geológicas. Por eso, mientras contemplamos las imágenes voy a aprovechar a desmontar un mito sobre la evolución humana. Se trata de nuestra alimentación original y el desarrollo de nuestro cerebro y es que agota escuchar las teorías sobre si el ser humano es carnívoro, omnívoro o herbívoro. Pues bien, si nos remontamos a nuestros orígenes homínidos cabe destacar que hemos evolucionado de una especie exclusivamente herbívora y que la alimentación durante los primeros desarrollos de esta evolución se basaba únicamente en la ingesta de frutos y vegetales. Las primeras escenas de caza aparecen tras la observación e imitación del comportamiento de otros animales dando así la capacidad omnívora a nuestros cuerpos. Comenzamos comportándonos como carroñeros aprovechando los restos de animales muertos cazados por otros depredadores hasta alcanzar técnicas de caza que nos hacen pasar de carroñeros a carnívoros. Pero no es en este momento, al adquirir esa capacidad carnívora, cuando se produce un aumento del cerebro y de la inteligencia tal y como intenta explicar algún científico despistado. La ingestión de carne no produce un incremento de aporte proteínico ya que dichas proteínas y los aminoácidos para sintetizarlas ya se conseguían de forma abundante con los primeros frutos, vegetales y raíces que se consumían. La evolución intelectual y el aumento del tamaño del cerebro se produce cuando nos convertimos en recolectores ya que al tener más tiempo libre podemos dedicarlo a pensar, a crear arte a través de la pintura, a crear las primeras esculturas y a la fabricación de útiles.
También es bueno señalar que actualmente hemos dejado de ser carnívoros para volver a ser carroñeros. Y quizá, con un poco de suerte y esfuerzo, no dentro de mucho tiempo podremos presumir de volver a ser exclusivamente herbívoros.
Sigamos:
Fósiles o formaciones geológicas?
Seguimos recorriendo la galería:
Cuando observamos la espectacularidad de la cueva debemos saber que aquellos primeros pobladores no conocían el interior de la galería. Estas tribus habitaban la entrada y apenas pocos metros de profundidad siendo su chamán el único elegido para investigar las profundidades de la cueva.
Y aquí llegamos a la gran estalagmita llamada la campana. Se le da este nombre porque dicen que cuando la golpeas resuena como una campana. No hice la prueba.
En la época Ibero-Romana la cavidad fue utilizada como santuario donde se depositaban ofrendas y se realizaban ritos dedicados a la fertilidad y a la madre Tierra.
En 1768 fueron hallados en su interior los restos óseos de doce personas, presuntamente agricultores musulmanes de la época medieval que quedaron atrapados y murieron al realizar trabajos de captación de aguas. Este fue el hallazgo que le dio el nombre de Cueva de las Calaveras tal y como queda escrito en el relato de 1795 de A.J. Cavanilles.
Esta historia también dio lugar a la leyenda sobre un rey moro, Ahlí Moho, que buscó refugio en la cueva con un gran tesoro y un harén de 150 mujeres huyendo del Cid Campeador quedando atrapados y muriendo en ella.
En 1936 fue utilizada como almacén de explosivos durante la Guerra Civil por el ejército republicano.
Junto al panel informativo encontramos parte de los fósiles correspondientes al periodo del Paleolítico:
La galería consta de dos partes, la que hemos visto y que se puede visitar perfectamente y la que comienza donde termina el recorrido. Se trata de los últimos metros que se hayan sumergidos bajo las aguas de un lago llamado Toll Blau y cuyas aguas abastecen a la localidad de Benidoleig en la actualidad.
Para mi fue imposible continuar a partir de este punto por eso os dejo a continuación el vídeo grabado por el equipo de Al Filo de lo Imposible en el que recorren los últimos metros sumergidos. Solo tenéis que pinchar el link para verlo:
Bueno, y hasta aquí nuestro recorrido por el tiempo y las entrañas de la Tierra. Espero que os haya gustado y os espero en el próximo reportaje.