La ruta hacia aquellas solitarias islas se hizo al fin transitable con la llegada del estío y durante un breve espacio de tiempo la luz del Sol bañó estas tierras inhóspitas. Las frías aguas del Mar de Irlanda se retiraron obedeciendo a las mareas y convirtiendo la bahía en un inmenso arenal por el que iniciar la peregrinación hacia aquella tierra lejana, hacia aquellas islas desiertas y abandonadas.
Bienvenidos a las Islas Hilbre
Durante el trayecto se observa a la izquierda la Isla Media y a la derecha la Isla de Hilbre
Este archipiélago, formado por tres islas, se encuentra situado en la bahía de Red Rocks, en la desembocadura del río Dee y es, gracias a las mareas, cuando el agua abandona la bahía durante unas seis horas, que se puede acceder hasta ellas caminando. Es recomendable seguir la ruta establecida a fin de evitar arenas movedizas o pozas y hacerlo durante la época estival evitando las bajas temperaturas de los largos y oscuros inviernos a los que se ve sometida esta región de Inglaterra.
Sintamos la sensación del viento y soledad del lugar pinchando en el siguiente vídeo:
Vídeo del trayecto a las islas Hilbre
A pesar de encontrarse tan solo a una milla de distancia de la costa, el camino entraña la dificultad de caminar por arenas blandas en las que se hunden los pies.
Camino de entrada a la isla principal
Situada en la localidad de Wirral, muy cerca de la ciudad de Liverpool, la desembocadura del río Dee hace de frontera natural entre Gales e Inglaterra y sus islas son reserva natural de interés científico especial en donde ya no quedan más habitantes que sus legítimos dueños, las focas. Se trata de una gran colonia de estos preciosos mamíferos que durante las horas de marea baja se desplazan a un arenal cercano a las islas para evitar las visitas de los curiosos y durante la marea alta habitan la isla principal.
A la entrada del camino, encontramos estos dos carteles informativos un tanto antiguos y descuidados, pero antes de seguir este sendero veamos lo que nos encontramos al llegar a la costa.
La llegada a la costa de la isla resulta bastante sobrecogedora debido a su aspecto solitaro y abandonado y a que se nos presenta de un tamaño superior al que uno se imagina al verla en la lejanía durante el trayecto.
Esta isla, llamada Isla de Hilbre, es la más grande del grupo, unas 4,7 hectáreas, y, como ya hemos dicho, se encuentra aproximadamente a una milla de la costa. La segunda, situada a pocos metros de Hilbre, recibe el nombre de Middle Eye o, como se le llama en los textos más antiguos, Middle Island. Es la que veíamos a la izquierda en la primera foto. La tercera y más pequeña se encuentra a medio camino en la ruta desde la costa hasta Hilbre y recibe el nombre de Little Eye pero es tan solo un pequeño peñasco en el que hacer una parada para descansar.
Las costas de Hilbre y la Isla Media nos sorprenden con estas estructuras naturales de arenisca roja en las que el agua ha dejado dibujada su historia.
Pero centrémonos en aquella de mayor interés histórico y arqueológico, aquella dónde buscamos el misterio, la Isla de Hilbre. Se cree, que el nombre deriva de una capilla medieval construida dentro de la isla dedicada a Santa Hildeburgh. Aunque no se sabe con exactitud si es leyenda o realidad, se trata de una mujer santa que vivió en la isla como anacoreta en el siglo VII y que sigue recibiendo adoración en las dos iglesias que llevan su nombre tanto en Francia como en Gales. Se piensa que, Santa Hildeburg, en realidad era Santa Ermenhilde, la madre de Santa Werburgh a quien está dedicada la Catedral de Chester.
Las cavidades o pequeñas cuevas que encontramos al llegar a la costa hacen que nos preguntemos si quizás fueron habitadas o usadas como refugio en los días de tormenta por esta misteriosa mujer anacoreta.
Nos topamos con este asiento natural que invita sin duda alguna a la meditación y la contemplación, pero debemos aprovechar el tiempo antes de que suba la marea y quedemos atrapados en la isla.
Las islas han sido habitadas desde edades muy antiguas. Debido al hallazgo en 1926 de varios elementos pertenecientes a la Edad de Piedra y otros a la Edad de Bronce así como de cerámicas de origen romano, se deduce que las islas fueron ocupadas de forma intermitente.
Se piensa también que ya existía una ermita en la isla de Hilbre tiempo antes a la invasión normanda pero es en el libro de Domesday donde encontramos las primeras referencias al mencionarse el hecho de que existen dos abadías en el Oeste de Kirby, una en la ciudad y otra en una isla. Esto es debido a que alrededor del año 1080 se levantó en la isla de Hilbre una pequeña abadía por los monjes benedictinos que dependía de la abadía de Chester.
Ya no queda ningún resto arqueológico de la ermita, pero en 1853 se encontró una reliquia en Hilbre perteneciente a la abadía, una cruz de fina arenisca roja del siglo IX o X y similar en diseño a algunas que aún permanecen en Irlanda. También se encontró lo que parece ser una cruz sepulcral incrustada en la pared de uno de los edificios que permanencen en pie pero tanto la cruz como el edificio entero están cubiertos de cal.
Cruz encontrada en Hilbre
y datada en 1000 D.C.
y datada en 1000 D.C.
También se han encontrado puntas de flecha, escritos romanos, botellas de jerez y vino de Oporto, pipas de arcilla para tabaco y cerámicas del siglo XVII. De la abadía también se conserva un pozo de mampostería excavado en la roca de unos doce metros de profundidad.
Pozo perteneciente a la abadía. En la parte superior sobresale una argolla de la tapa
Toda la región pertenecía a las tierras del señor normando Robert de Rhuddlan, quien cedió el archipiélago a la abadía de Saint Evroul sur Ouche en Normandía, pero ésta, finalmente cedió la responsabilidad sobre la misma a la abadía de St. Werburgh en Chester.
Con el paso del tiempo la isla fue perdiendo su carácter monástico y siendo base para actividades comerciales hasta tal punto, que hubo que establecer una aduana para recaudar impuestos. para lo que se construyó una caseta de recaudación. La isla se convirtió en estación marítima y la abadía fue quedando deshabitada hasta que el último monje abandonó la isla en 1550.
En los itinerarios de John Leland (1538-1543) se puede leer las primeras referencias sobre peregrinaciones a la isla con motivo de adoración a Nuestra Señora de Hilbre además de cómo se relata que los únicos habitantes insulares eran conejos. Pero en una lista de envíos mercantiles de 1572, se señalan once barcos con amarre permanente en Hilbre, lo que hace pensar que la isla sí estaba habitada por, al menos, once familias.
En estas fotografías, podemos ver algunas de las casas que quedan en pie. A día de hoy no quedan habitantes en la isla, pero algunas de ellas aún pertencen a particulares que les dan uso vacacional.
Aquí, podemos ver un refugio para los despistados que, sin ser conscientes de la hora. quedan atrapados en la isla hasta la siguiente bajada de marea.
El elevado comercio y el gran tránsito de barcos en la isla dió lugar a la construcción en la misma de una cervecería y una posada. En 1692 se creó también una pequeña fábrica para refinar sal y su auge continuó hasta entrado el siglo XIX, hasta que el exceso de sedimentación en el río Dee, hizo que el tráfico marítimo se fuese desviando cada vez más hacia los puertos situados en el río Mersey. Este descenso del número de barcos que atracaban en la isla hizo que el comercio en la misma fuese disminuyendo hasta desaparecer.
Veamos ahora las ruinas de una vieja casa con embarcadero. Es una de las dos construcciones antiguas que permanecen en pie y, a su derecha, podemos observar el viejo pozo de mampostería que perteneció a la abadía.
Dada su proximidad al pozo, se podría pensar que está construida sobre los cimientos de la vieja abadía, pero desconocemos por completo cual fue la ubicación exacta de la misma. También se descarta que se asiente sobre los restos de la cervecería del siglo XVI ya que, dichos restos están en otra zona de la isla, supuestamente adheridos a la estación del telégrafo.
En la siguiente fotografía volvemos a observar la proximidad de su situación respecto a la del pozo.
Lo mismo pasa si pensamos sobre si estos son los restos de la fábrica de sal, ya que se supone que también están junto al telégrafo. Por tanto, no sería arriesgado pensar que, debido a la proximidad del pozo y a una tumba, que más adelante veremos, se trataría de la misma ubicación en la que en su día se lavantaba la abadía.
Se trata de una estación de botes salvavidas. En 1803 se estableció una estación como esta en Holylake y unos años más tarde se pusieron en servicio esta de Hilbre y otra en New Brighton.
Debido al abandono de la isla, esta estación de botes salvavidas que estamos viendo fue cerrada definitivamente en 1939 mientras que las otras dos de HolyLake y New Brighton continúan funcionando a día de hoy.
Respecto a la cervecería de la que hemos hablado anteriormente sabemos que aún permanecía abierta hacia el año 1813 o así nos lo relata el escritor Richard Ayton el cual la visitó en esa fecha. A pesar del descenso comercial, la peregrinación de los fieles a la isla tiene su máximo apogeo durante los siglos XIX y XX. La cervecería y la oficina de recaudación aduanera aún permanecen visibles adheridas al edificio del puesto de telégrafo.
Aquí podemos ver el viejo edificio del telégrafo pero no conseguimos reconocer, qué parte de él o qué otra construccción colindante, corresponden a la cervecería o a la fábrica de sal.
Este puesto de telégrafo fue construido en 1841 y formaba parte de una cadena de estaciones de telégrafo que se extendía desde Holyhead en Gales hasta Liverpool y servía para transmitir las condiciones climatológicas y otra información importante a los barcos.
En 1856 el archipiélago fue vendido en fideicomiso a los comisarios de los muelles de Liverpool y, casi un siglo más tarde, en 1945, fue vendido al Consejo de Hoylake. Finalmente, en 1974, pasó a formar parte del recien creado Consejo de Wirral.
Uno de los restos arqueológicos más importantes encontrados en 1864 es una tumba excavada en la roca en la que se hallaron restos humanos, que probablemente pertenecía a un pequeño cementerio de la isla, y al cuál pertenece la cruz sepulcral encontrada en la pared de uno de los edificios.
Cuando se descubrió este enterramiento la fosa estaba cubierta por una losa de arenisca gris datada hacia el año 1100 y que actualmente se encuentra en el museo Charles Dawson Brown, cerca de la iglesia de St. Bridget, en West Kirby.
En la siguiente fotografía se puede ver la proximidad de la tumba a los restos de un embarcadero sobre la ubicación de la vieja abadía.
También se pueden ver aún restos de los cimientos de los diferentes edificios que se han levantado, sobre todo los relacionados con las salinas.
Cuando se descubrió este enterramiento la fosa estaba cubierta por una losa de arenisca gris datada hacia el año 1100 y que actualmente se encuentra en el museo Charles Dawson Brown, cerca de la iglesia de St. Bridget, en West Kirby.
"The Early Monuments of West Kirby"byW.G. Collingwood in West Kirby and Hilbre by John Brownbill, 1928.
Reliques of the Anglo-Saxon Churches of St. Bridget and St. Hildeburga, West Kirby, Cheshire by Henry Ecroyd Smith, 1870
En la siguiente fotografía se puede ver la proximidad de la tumba a los restos de un embarcadero sobre la ubicación de la vieja abadía.
También se pueden ver aún restos de los cimientos de los diferentes edificios que se han levantado, sobre todo los relacionados con las salinas.
Una de las leyendas cuenta que el Conde de Chester en su juventud, tras emprender una peregrinación al manantial de Santa Winifred (al cual dedicaremos una entrada proximamente), fue atacado por una banda de ladrones galeses frente a las islas Hilbre. Se refugió en la abadía en Basingwerk, donde, sin sentirse muy seguro y por consejo de un monje de la abadía rezó durante días a St. Werburgh el cual escuchó sus plegarias y separó las aguas del río Dee arrojando un enorme banco de arena y dejando vía libre al barón de Halton y a sus hombres para rescatar al Conde. Se cree que es por esta leyenda que, el arenal que hay que cruzar para llegar al archipiélago, recibe el nombre de " The Constable´s Sands".
La isla de Hilbre es objeto de distintas leyendas, como son las de naufragios y contrabando. Una de ellas cuenta que el posadero, hombre adinerado, había amasado su fortuna robando las joyas y bienes de los desafortunados que habían perecido en dichos naufragios y cuyos cadáveres habían sido arrastrados hasta sus costas.
También existe una cueva en la costa Oeste de la isla conocida como "Lady´s Cave" en la que la leyenda cuenta que se encontró el cuerpo de una mujer isleña que había sido secuestrada y que había muerto ahogada junto a sus captores.
Actualmente se utiliza como faro de la isla una moderna baliza luminosa automatizada pero hubo un faro anterior a este construido en 1927 del que ya no queda nada. La imagen de la actual antena con una luz intermitente en su extremo superior en nada evoca el recuerdo del faro de fuego que se estableció en la isla hace cinco siglos para guiar a los barcos.
Bueno, hasta aquí, y por el momento, el resultado de nuestra expedición a las islas Hilbre pero prometo ampliar más el repotaje ya que entra en nuestros planes pasar una noche allí, aunque para eso hay que esperar a la llegada del siguiente estío.
Espero que os haya gustado y os veo en la próxima entrada.